Por Alina Rubio Cartel de la película Viviane Amsalem, una mujer israelí de cuarenta años, madre de cuatro hijos, no quiere seguir casada con su esposo Elisha Amsalem. Échale un ojo al tráiler. Durante 5 años esta mujer lleva una lucha, con la finalidad de que la Corte Rabínica (autoridad única legal para resolver casos de divorcio en Israel), le otorgue el divorcio, pero su esposo se niega a concederle la separación a pesar de la infelicidad en que ambos viven. Desde hace cinco años solicitó el divorcio a la Corte Rabínica, quienes son la única autoridad legal designada para resolver los casos de divorcio en Israel; pero su marido se niega a concederle la separación a pesar de que ambos son infelices. Y es que en Israel, la ley establece que solo el marido puede otorgar el divorcio. Sin su consentimiento, la mujer no tiene derecho a casarse de nuevo.  Los jueces consideran que solo en caso de agresión física, enfermedad o peligro de muerte, el matrimonio puede disolverse. Sin embargo, la batalla que Viviane vive es por un motivo muy diferente: su libertad. Una libertad después de 30 años de casada, en un país en donde los rabinos “apoyan a las mujeres”, pero la última palabra la tienen los hombres. Esta película desarrollada en la sala de la Corte Rabínica, te permite ser partidario de un evento en el cual, el hombre lleva a su esposa al agotamiento físico y emocional en un proceso que se retrasa y reinicia acorde a su voluntad. Son los hermanos Ronit Elkabetz y Shlomi Elkabetz, los creadores de éste trama en un juego verbal complicado y a la vez fascinante, donde las palabras son fusiles incisivos y mordaces, marcadas por silencios elocuentes. En la mayor parte de la sociedad occidental defendemos el derecho a la libertad con garras y dientes y este filme nos lleva a reflexionar la manera y cara distinta de la sociedad que se plasma, quienes de manera respetuosa plasman en las salas de cine, la manera en que se vive en otras sociedades completamente diversas a la nuestra. El juego psicológico y los incómodos y desgarradores silencios, te llevarán a una gran reflexión. Cuando la veas cuéntanos la tuya.  |